Tanto los residentes como los no-residentes que poseen bienes por valor de más de dos millones de euros en España tendrán que pagar, un año más, el impuesto de patrimonio en casi todas las comunidades autónomas.
Sea como sea el gobierno que finalmente se establece en España tras las elecciones de diciembre del 2015, la decisión de prorrogar el impuesto de patrimonio indefinidamente parece ser una de las pocos temas en los que están de acuerdo todas las fuerzas políticas.
Tras suprimir el impuesto en el 2008, el gobierno de PSOE de Jose Luis Rodríguez Zapatero lo reintrodujó en el 2011, en principio por sólo dos años debido a los efectos de la crisis sobre la recaudación fiscal. Pero, desde entonces, el gobierno del PP de Mariano Rajoy lo ha renovado casi año, de nuevo en principio sólo para 12 meses, hasta la fecha.
En agosto de 2015, el gobierno de Rajoy, ahora Presidente en funciones, prorrogó las provisiones del impuesto una vez más para el 2016, como parte integral de los presupuestos del Estado, y, según parece, seguirá en vigor en el futuro.
Aunque el impuesto de patrimonio es vigente a nivel nacional, depende de cada comunidad autónoma de aplicarlo en su territorio. En la actualidad, tan sólo los residentes de Madrid se benefician de un 100% de exención. En Cataluña, representa casi un 45% del total de la recaudación fiscal, mientras que en Andalucía el impuesto de patrimonio contribuyó más de 83 millones de euros a las arcas regionales en el 2014, un 9% del total.
Están obligados a presentar declaración del impuesto de patrimonio los residentes que poseen bienes o derechos cuyo valor es superior a dos millones de euros. Los primeros 700.000€ son exentos, pero el resto se grava de forma anual de acuerdo con un tipo variable desde el 0,24% al 3,03%. Los no-residentes también deberán declarar por los bienes que tengan en España, aunque el tipo oscila del 0.2% hasta el 2.5%.
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