Un sondeo reciente de Correos en Inglaterra ha revelado que la Costa del Sol figura entre los destinos más baratos de Europa para compras en vacaciones, comparado con otros 20 lugares del mundo.
Según el estudio, el alto valor de la libra esterlina contra el euro, junto con la fuerte competencia que existe en el país, ha rebajado mucho el coste de venir de vacaciones a España.
El informe, llevado a cabo por el octavo año consecutivo, ha comparado 20 destinos populares entre turistas británicos, revisando precios de típicas compras en vacaciones, tales como comidas en restaurantes, artículos de playa, repelente de insectos, crema solar y bebidas.
Junto con Sunny Beach, en Bulgaria, la Costa del Sol es uno de los destinos europeos donde las familias británicas pueden sacar el máximo valor pos sus compras estivales.
La cesta de 10 artículos costó menos de 70 euros en la Costa del Sol y la Costa Blanca en España, comparada con más de 127 euros en la Toscana, en Italia, y 102 euros en Split, en Croatia.
Incluso comparado con destinos fuera de Europa, la Costa del Sol estuvo en el tercer puesto de todos los sitios incluidos, como Marmaris, en Turquía, donde la compra sólo fue un euro más barato.
Sin embargo, otros destinos españoles no ofrecen la misma relación de precio como la Costa del Sol. En Ibiza, la cesta costó más de 122 euros, mientras que en Mallorca – la isla balear más barata – el precio total llegó a unos 97 euros.
Andy Brown, de Post Office Travel Money, explicó como un poco de búsqueda previa sobre cuales son los destinos más baratos puede hacer que las vacaciones sean mucho más baratas para los ingleses.
“El alto valor de la libra esterlina es muy buena noticia, porque permite que la gente obtenga más valor por su dinero, si hacen un poco de investigación sobre los destinos donde los precios hayan caído. El coste de la compra en vacaciones puede ser fundamental, así que es buena idea elegir un destino donde la competencia entre bares y restaurantes ha hecho que comer y beber sea más económico.”
Gracias al cambio, los turistas británicos ya pagan un 20% más por vacaciones que en el 2013.
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