Una villa preciosa, ideal para grandes familias y para recibir invitados, en Cortijo Blanco, una de las zonas más consolidadas y pretigiosas de Marbella.
Cerca a la playa, entre el destino predilecto de los ricos, Puerto Banús, y San Pedro de Alcántará, en Cortijo Blanco villas exclusivas disfrutan de una ubicación inmejorable.
Linda Russell, quien construyó su villa con su marido, Keith, hace seis años, afirma que la zona ofrece casi todo: “La playa está a tan sólo tres minutos a pie, con el paseo marítimo, restaurantes y bares.”
Cortijo Blanco se encuentra también a sólo cinco minutos en coche desde el destino preferido de los famoso, Puerto Banús, y cerca a los mejores colegios internacionales. Linda revela que, entre sus vecinos hay algunos de los empresarios más reconocidos de la costa, quienes aprecian mucho las ventajas de esta zona prestigiosa.
La pareja, ya jubilada, vinieron a vivir en España hace 12 años desde el Reino Unido. Se decidieron por la zona a la hora de construir su preciosa villa de seis dormitorios y convertirla en la casa de sus sueños.
La vivienda está sobre una parcela con orientación sur y se terminó con los mejores materiales. Ofrece una estancias amplias y flexibles distribuidas en tres plantas. No será por nada que Linda dice que la echará de menos cuando se muda.
“Vivo sola con mi marido, quien viaja mucho,” dice, “por lo que queremos vender para comprar una casa más pequeña. Pero me da pena, porque hemos puesto mucho en esta casa.”
Linda dice que lo que más le gusta de su casa es la distribución: “Empezamos con una hoja en blanco y, según nuestro juicio, cada estancia está donde tiene que estar. También tenemos ascensor, algo muy importante si tiene unos padres o invitados mayores. Así pueden disfrutar de las tres plantas, lo que supone un plus importante.”
Según Linda, la casa sería ideal para una familia grande o para personas a las que le gustan las fiestas, ya que sus espacios abiertos y amplia terraza, al lado de la piscina de 12 metros de largo, la hacen perfecta para recibir invitados.
“Es una casa muy viva,” sonríe. “Tienen unas ventanales muy grandes y mira al sur, así que siempre hay mucha luz. Nos gusta muchísimo.”
Ver el artículo completo en Terra Meridiana